Trabajar gratis a cambio de qué

El Blog de Amalia López Acera

Aquí os dejo la entrada en mi blog «Buscando empleo» en el periódico Las Provincias   «Trabajar gratis a cambio de qué«.

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Hace dos semanas escribí en este mismo blog una entrada con el título “El trabajo de voluntariado cada vez más valorado por las empresas”. A raíz del mismo he tenido ocasión de hablar con varios conocidos sobre la necesidad de trabajar o no gratis, algo que es diferente del trabajo de voluntariado al que me refería en dicha entrada.

Coincidiendo con ello esta semana he leído en el blog de Mamem Boureau un post sobre el mismo tema titulado “No trabajo gratis”, en donde la autora expone sus razones por las que ha decidido no volver a trabajar sin recibir una remuneración económica a cambio.

No conozco personalmente a Mamen, pero entiendo sus argumentos y creo por lo que se trasluce entre sus palabras y su increíbles dibujos (os invito a verlos) que no es una decisión definitiva y está tomada en un momento de “cabreo”, ya que la línea entre lo que hacemos cobrando y sin cobrar es muy fina. Si no que se lo digan a los millones de españoles que hacen horas extras en el trabajo sin que sean remuneradas, porque también los que trabajan en empresas hacen parte de su trabajo “gratis”, pero a ver quién es el que se atreve a decir algo.

Trabajar gratis sin recibir nada a cambio creo que es algo que no lo hace nadie, es decir, que si nos plantean realizar un trabajo y nos dicen que no nos van a pagar, decimos que no, pero normalmente no se plantea esta situación así. Se trataría más bien de un “juego” entre dos partes: por un lado la persona o empresa que ofrece el trabajo pretende obtenerlo a cambio de algo que no es tangible económicamente; y por otro, la persona que lo acepta sabe que si hace ese encargo tendrá una recompensa. El problema viene cuando las expectativas no se cumplen, sobre todo en el segundo caso, y de esta forma el esfuerzo y el trabajo realizado es muy inferior a los beneficios que se consiguen produciendo una gran frustración y la sensación de haber sido “engañados”.

Está bien en ese punto que tengamos en cuenta cuándo vamos a hacer trabajos gratis, saber qué vamos a recibir a cambio, y sobre todo, valorar si nos interesa o no la propuesta.

¿Cuándo podemos plantearnos trabajar gratis?

1.- Cuando queremos conseguir experiencia laboral. Son las conocidas como prácticas laborales, de formación o becas, aunque en muchas de ellas sí que se recibe una pequeña remuneración. Todos en algún momento de nuestra vida hemos realizado trabajos por los que no nos han pagado, pero que nos han ayudado a aprender la profesión ya fuera de peluquero, abogado o periodista, pero siempre dentro del marco legal que regula este tipo de actividades. Está en nuestra mano aceptarlos o no, y sobre todo, decidir cuándo debemos dejar de hacerlas, porque es verdad que nos podemos encontrar como en el caso de la última película de Robert de Niro siendo becarios a los 70 años.

2.- Cuando lo utilizamos como estrategia para darnos a conocer. Hemos abierto un negocio o empezado una nueva andadura profesional y es posible que no tengamos “clientes”, una forma de darnos a conocer es realizar pequeños trabajos puntuales a conocidos con el objetivo de que empiece a funcionar el boca a boca.

3.- Para conseguir un reconocimiento que puede “atraer” a otros clientes. Un peluquero valenciano conocido por peinar a una famosa cantante comentaba hace poco que económicamente no le era rentable por los gastos de desplazamiento y disponibilidad horaria que conllevaba, pero la publicidad que le da le compensa ese trabajo con el incremento en el número de clientes atraídos por el hecho de ser “el peluquero de”. Posiblemente si él decidiera ser el peluquero de la vecina del 5º le supondría el mismo gasto y esfuerzo, pero no obtendría el mismo ROI (retorno de la inversión) que en el primer caso.

Somos nosotros los que debemos valorar si nos interesa o no aceptar este tipo de propuestas. Muchas personas se lo plantean como un gasto en publicidad o marketing: en vez de hacer folletos o cuñas de publicidad hacen trabajos que les pueden aumentar los clientes o las oportunidades profesionales.

En los casos a los que me he referido son cuando somos trabajadores por cuenta propia y somos nosotros los que decidimos sobre el trabajo que queremos hacer o no. En el caso de que fuera para una empresa, es decir, como trabajadores por cuenta ajena, la legislación no permite trabajar sin recibir una remuneración a cambio. En el caso de que conozcas casos en los que se produce se puede denunciar ante la Inspección de Trabajo que incluso ha abierto un “buzón de lucha contra el fraude laboral” para dejar denuncias de forma anónima.

Amalia López Acera

Experta en comunicación, redes sociales y marca personal en las administraciones públicas.



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